ORIENTACIÓN EDUCATIVA EN LA EDUCACIÓN INFANTIL
Introducción
En este blog veremos como la orientación educativa en preescolar ayuda a constituir una formación inicial de descubrimiento que se concibe como un elemento inherente a la propia educación, los juegos, dinámicas y exploración de su propia cultura serán parte fundamental de una formación integral en el entorno que se encuentra. Así con la ayuda de profesores y psicopedagogos se puede lograr una adaptación correcta, también veremos cómo es que la orientación educativa de qué forma apoya a los alumnos, padres y docentes.
A LOS ALUMNOS
Desde la más tierna infancia cada niño va expresando su modo de ser, sus gustos y sus preferencias; se relaciona selectivamente y aprende de sus experiencias, identificándose con las personas significativas de su entorno. Las diferencias individuales se pueden observar entre hermanos, que aunque hayan sido criados de la misma manera son completamente distintos; porque cada uno de ellos se ha identificado en forma selectiva con quienes comparten su vida; de manera que sólo integran los rasgos de personalidad que les agradan y no incorporan los que les
desagradan.
En este primer nivel de la Educación básica, la atención que se da es a niños de 3 a 5 años con 11 meses de edad, con objetivo de que vivan experiencias que ayuden a su desarrollo y aprendizaje, que incrementen su afectividad, obtengan confianza para expresarse, desarrollen el gusto por la lectura, emplean el razonamiento matemático, muestren interés en la observación de fenómenos naturales, adquieran valores y principios indispensables para la convivencia, usen su imaginación, sean creativos, posean iniciativa para expresarse, y mejoren sus habilidades de coordinación, desplazamiento, por medio del trabajo educativo, el juego y actividades afines.
El servicio se ofrece en planteles públicos y privados, en tres formas: Jardín de niños, Centro de Atención Psicopedagógico de Educación Preescolar (CAPEP) y Centro de Desarrollo Infantil (CENDI). Consultado en: [línea] el 01 de noviembre de 2016 en: https://www2.sepdf.gob.mx/que_hacemos/preescolar.jsp
El servicio se ofrece en planteles públicos y privados, en tres formas: Jardín de niños, Centro de Atención Psicopedagógico de Educación Preescolar (CAPEP) y Centro de Desarrollo Infantil (CENDI). Consultado en: [línea] el 01 de noviembre de 2016 en: https://www2.sepdf.gob.mx/que_hacemos/preescolar.jsp
El juego muestra los intereses de un niño. Aunque los juguetes suelen diferenciarse por sexo y por lo general son comunes a todos los chicos; es evidente que los niños seleccionan aquellos con los que les gusta jugar, descartando los que no les interesan y cuando juegan con ellos los emplean de distinta manera. Los chicos que rompen sus juguetes, generalmente para ver que hay adentro, son curiosos y están demostrando una tendencia hacia la investigación y las tareas manuales. Otros niños los cuidan con esmero y llegan a conservarlos hasta que son mayores. En este caso es evidente que se trata de personas que pueden destacarse en tareas minuciosas, que exigen cuidado con los detalles como cualquier tarea científica o técnica que requiera precisión.
El juego es el aprendizaje de la vida, es el ensayo necesario para la vida adulta que muestra de una manera clara y sencilla la inclinación de una persona y sólo necesita dedicarle tiempo a la observación. Incentivar el juego es también recomendable, como también es estimulante proponer a los chicos crear sus propios juegos con los materiales que ellos elijan.
No se trata de comprar juguetes caros, porque los niños tienen una gran capacidad simbólica y para ellos un bollo de trapos se puede convertir en una pelota, una lata en un instrumento de percusión o unos fideos en cuentas para un collar. Los disfraces son también indicadores vocacionales, porque los niños también eligen de qué se quieren disfrazar y esa elección tampoco es casual. Desde el jardín de infantes se deberían registrar los indicadores vocacionales de cada niño en función a las elecciones que hacen, los rincones que seleccionan para jugar y la forma en que se relacionan con los demás.
A LOS PADRES
Los padres deberían ser los primeros orientadores vocacionales, detectando tanto las habilidades particulares como las aptitudes e intereses de sus hijos, y propiciando el desarrollo de sus facultades especiales. La infancia es el mejor momento para descubrir vocaciones, porque un niño aún no está contaminado por la cultura ni ha desarrollado prejuicios que lo confundan. El esquema corporal y la personalidad son dos indicadores importantes que contribuyen a la orientación vocacional desde la infancia, así como también el poder darse cuenta de cuáles son las experiencias que los hacen más felices.
La orientación debe propiciar que la escuela y la familia, unifiquen criterios e inciden de forma coherente en el alumnado. No se trata únicamente de traspasar información, sino de ir más allá, de generar un contexto de colaboración en el que los valores, las actitudes y las actuaciones converjan de forma coherente.
Implicar a la familia supone compartir una serie de criterios y valores en relación a la educación de los niños.
Comprende las siguientes tareas:
Informar a los padres: Los padres deben estar informados sobre los objetivos del ciclo, curso o trimestre, las actitudes y normas de clase, la evolución escolar, los posibles desajustes que puedan percibir los profesores y otras cuestiones de interés. La información es el primer grado de implicación. Esta información puede ser oral o escrita, de forma individual o colectiva (entrevistas con el orientador, reuniones de padres de alumnos de la clase, Informes y boletines, circulares, etc.) pero, cuanto más personalizada sea, más fácil conseguiremos que los padres participen.
Compartir criterios sobre actitudes y hábitos:Mediante las entrevistas con los padres, el tutor y en su caso el orientador procurarán trabajar el cambio o fortalecimiento de aquellas actitudes que favorecen la buena marcha escolar del alumno. En ciertos casos será preciso que el orientador diseñe un programa para que lo trabajen en la familia y en el que se señalará el tipo de seguimiento que va a tener.
Capacitar a los padres para el ejercicio de sus tareas educativas: El centro educativo puede asumir: la formación de los padres mediante la promoción de escuelas de padres o de charlas para ellos. El orientador, por su preparación psicopedagógica, puede colaborar activamente en estas tareas.
¿Qué pasa cuando le preguntas a tu hijo que quiere ser de grande?
Es sabido que las percepciones de un niño son distintas a las de un adulto por esta razón puede que cuando se le pregunte a un niño en edad preescolar ¿Qué quieres ser de grande? su respuesta esté dotada de un toque de fantasía y algo de realidad; habrá niños que respondan; “Yo quiero ser bombero”, “Yo quiero ser doctora”, “Yo quiero ser astronauta”, “Yo quiero ser maestra”, es un hecho que las probabilidades de que esta sea una elección definitiva son pocas o casi nulas, sin embargo hay un hecho importante en estas primeras percepciones del niño; que va conociendo, relacionándose y formándose ideas sobre las profesiones y oficios considerándolos como opción. La mayor parte de la vida infantil se ocupa para jugar, sin olvidar las necesidades básicas como comer y dormir que se realizan en esa misma trama, para el niño los adultos son personas dedicadas a otro tipo de juego, un niño no comprende que es un trabajo pero la palabra le es familiar pues en casa es muy probable que sus padres hagan uso seguido de esta.
¿Cómo los padres colaboran en la orientación del niño?
Los padres son un modelo para los hijos deben dar impresiones positivas al niño en edad preescolar pues este último es un buen observador, se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, los padres deben involucrarse en su desarrollo más aún a temprana edad pues estos primeros años son fundamentales para la formación de lo que será su identidad. Es posible orientar a los niños en edad preescolar para que puedan ir formando un proyecto de vida, “para elegir hay que conocer” La orientación por parte de los padres puede consistir en la simple aproximación a situaciones en las que se les den a conocer las diferentes profesiones y oficios existentes dándoles una idea sobre las actividades que se realizan, los instrumentos que utiliza cada una, qué funciones se desempeñan, en qué espacios se trabajan y demás características, este trabajo bien se puede realizar a través del juego simbólico, implementando técnicas dinámicas con las que además se pasa tiempo de calidad con la familia que es también muy importante dentro del desarrollo del infante.
A LOS DOCENTES
¿Dónde queda el maestro en la orientación educativa?
La orientación está incluida en el sistema educativo, el profesor como educador realiza labores de orientación y tutoría con el alumnado. En la etapa preescolar el docente se encargará de guiar a los niños, reconocer las necesidades individuales, capacidades, disposiciones e intereses de cada estudiante y se esforzará en conseguir la adaptación correcta entre el niño y el curso (Robert H. Knapp, 1986, p. 28, 29).
La orientación para aportar su mayor contribución tiene que funcionar desde la raíz del proceso educativo. Al encontrarse profesor y alumno se crea una situación de aprendizaje y se presentan las oportunidades para la orientación. A la orientación le corresponden las necesidades y diferencias individuales, y debe siempre reconocerse y organizarse como una parte integrante de la ayuda que se preste a los niños y niñas para alcanzar su madurez. Hopkins afirma “Ahora la orientación del aprendizaje se convierte en trabajar con los niños del modo que ellos puedan descubrir, liberar y desarrollar capacidades potenciales mediante un proceso de formación”.(Robert H. Knapp, 1986, p. 29).
La orientación educativa desde esta etapa inicial se considera como un proceso evolutivo de prevención y diagnóstico donde el maestro detecta a alumnos con necesidades educativas especiales o en desventaja socio cultural, para ajustar su currículum al contexto, y por medio de alternativas psicopedagógicas se logre la normalización de las conductas para que, el proceso de adaptación a los diferentes niveles de educación no sea un conflicto. El profesor corrobora que las herramientas seleccionadas cumplan con los objetivos a los que se quiere lograr, y en caso de no estar logrando dichos objetivos este pueda apoyarse de las experiencias de otros profesores y de la práctica misma que, le permiten buscar esas alternativas, al igual que el apoyo de sus directivos.
¿Está sólo el profesor?
El docente es el principal encargado de la orientación, está más en contacto con el proceso de formación de los niños que cualquier otra persona de la organización. El conoce a sus alumnos, sus necesidades y diferencias, y es capaz de hacer de la orientación una parte integrante de la enseñanza. Puede lograr varias adaptaciones a las necesidades y diferencias individuales, pero cuando hay alumnos con dificultades de adaptación y aprendizaje, el profesor de clase necesitará la ayuda de un especialista o especialistas de orientación, para que estos no tengan un estancamiento en su desarrollo, ya que pocos profesores tienen la formación o el tiempo para aconsejar en este tipo de dificultades, aunque el docente es el que proporciona la información acerca del estudiante, para este apoyo al profesor están las organizaciones de Apoyo Psicopedagógico como: la Unidad de servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), Centro de Atención Múltiple (CAM), Centro de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar (CAPEP). Parras Laguna, A. A. (2009). "Orientación educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas". España: Secretaría General Técnica.
Cuando el profesor orienta a sus alumnos, más se facilita su propio trabajo . Para que una escuela pueda seguir un programa de orientación efectivo, es necesario que el grupo entero de profesores coopere, también tienen que estar de acuerdo sobre la misma filosofía general de la educación y sobre los mismos objetivos (Robert H. Knapp, 1986, p. 34, 35). tanto del plan curricular Estatal como los objetivos a alcanzar en el grupo.
En el Nivel Inicial, el o la docente interactúa con los niños y niñas a través de diferentes actividades lúdicas y pedagógicas que nos proporcionan los cimientos de los demás conocimientos y aprendizajes que irá adquiriendo el niño o niña en el resto del proceso de enseñanza y aprendizaje. En esta etapa se puede trabajar la orientación vocacional principalmente a través de diferentes estrategias y actividades como:
- Jugar a los oficios y a las profesiones (dramatizando).
- Identificar oficios y profesiones en unas láminas.
- Narrar cuentos relacionados con los oficios y profesiones.
- Aprender, poesías relacionadas con los oficios y profesiones.
- Componer y aprender canciones relacionadas con los oficios y profesiones. (ESTRATEGIA DE APOYO A LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL, p.8)
El trabajar con los alumnos las situaciones de orientación vocacional permite que en el momento de la elección no les sea tan agobiante hacer una elección ya que, cuentan con la seguridad en la toma de sus decisiones, además responde a la necesidad básica de los niños de jugar, mirar, tocar, experimentar, pensar, imaginar, lo que proporciona la experimentación del éxito que proporciona confianza. “Para prevenir hay que conocer y para conocer hay que estar informado. La prevención es una conducta que debemos incorporar desde pequeños y que comienza con el derecho de saber” (Mirada, Guillermo 2011).
Referencias
